miércoles, 25 de junio de 2014



La situación económica del país ha requerido decisiones de los gobernantes a hacer leyes para comportamientos que deberían estar implícitos en el ser humano y en la educación que se nos debería presentar en nuestros hogares, en la familia y sobre todo en la sociedad, porque si bien es cierto que se han cometido errores muchos de estos errores han sido por la constante lucha contra idiosincrasia del venezolano que solo busca crecer financieramente y no socialmente, esto supone un cambio de paradigma tanto en la casa del campesino como en la casa del gerente del banco y del presidente de la constructora, que por su educación y el acceso a esta, estará obteniendo las herramientas, tanto sociales como psicológicas, para respetar las leyes pero sobre todo respetarnos nosotros mismos, sabiendo que mis derechos terminan donde comienzan los de mi compatriota, no importa si es un limpia vidrios del semáforo o el jefe de finanzas de una empresa transnacional. 

En esta sentido, se debe señalar la importancia que viene adquiriendo la ética en este modelo de desarrollo que se está construyendo, un modelo basado en una economía, en sus principios de eficiencia y eficacia, donde las decisiones globales que se toman tienen consecuencias inmediatas en la organización de la sociedad, no es solo un discurso político, más bien creemos indispensable poner en práctica una nueva idea, una nueva orientación filosófica y social de la población para poder obtener tan anhelados logros en el crecimiento social del venezolano.